La máxima autoridad de DDHH de la ONU expresó: “Debemos tener una visión que cambie la vida y una acción concertada para ejecutarla”.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, denunció este lunes los “mayores y más graves retrocesos” que ha visto nunca, al inaugurar las sesiones anuales del máximo órgano de Naciones Unidas en la materia.
“Para recuperarnos de los mayores y más graves retrocesos en materia de derechos humanos que hayamos visto nunca, debemos tener una visión que cambie la vida y una acción concertada” para ejecutarla, dijo Bachelet al Consejo de Derechos Humanos.
“Necesitamos (…) sociedades que, aunque diversas, compartan compromisos fundamentales para reducir la desigualdad y avanzar en todos los derechos humanos”, dijo la expresidenta chilena en su discurso en Ginebra, Suiza.
La jefa de DDHH de la ONU se refirió a la situación en Colombia, México, China, Rusia y Etiopía, pero no habló de Nicaragua y Venezuela, dos cuestiones candentes en América Latina, puesto que se analizarán con más detalle posteriormente en la sesión.
En relación a Colombia, donde el pasado 28 de abril estalló una ola de protestas antigubernamentales que fueron ferozmente reprimidas por la policía y que aún mantiene al país en una crisis política, Bachelet dijo que su oficina “ha expresado su grave preocupación ante las acusaciones de serias violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad”.
Según los datos de la ONU desde el 28 de abril al 16 de junio se registraron 56 muertes (54 civiles y dos agentes de policía), especialmente en Cali, además de 49 víctimas de violencia sexual, pero autoridades civiles y la Defensoría del Pueblo colombiana elevan este balance a al menos 61 personas fallecidas, entre ellas dos uniformados.
Sobre México, dijo estar alarmada ante el “alto nivel de violencia política” en la campaña de las elecciones legislativas celebradas a comienzos de mes.
Los comicios celebrados el pasado 6 de junio en el país centroamericano estuvieron empañados por los asesinatos de al menos 91 políticos y miembros de partidos, entre ellos 36 candidatos.
Otros de los focos de preocupación es China, pocos días antes de cumplirse un año de la aprobación de la polémica Ley de Seguridad Nacional, el 30 de junio de 2020, norma sobre la cual Bachelet expresó “serias preocupaciones”, informó la agencia de noticias AFP.
En el territorio semiautónomo de Hong Kong, las fuerzas opositoras critican la norma que consideran la punta de lanza de la represión generalizada contra los críticos de China en este territorio desde las enormes manifestaciones prodemocráticas de 2019.
Esta semana cinco directivos del diario prodemocrático hongkonés Apple Daily fueron arrestados en virtud de la polémica ley, en medio de enorme operativo del que participaron centenares de policías.
También en relación a China, la Alta Comisionada deseó obtener este año un “acceso significativo” a la región occidental de Xinjiang, donde “siguen apareciendo informes de graves violaciones de los derechos humanos”.
Varias organizaciones de derechos humanos acusan a China de internar al menos a 1 millón de musulmanes en Xinjiang en “campos de reeducación”.
Beijing niega esta cifra y habla de “centros de formación profesional” para apoyar el empleo y combatir el extremismo religioso.
Bachelet pidió repetidamente a las autoridades chinas que den “pleno acceso” a Xinjiang. Y a finales de febrero, reiteró su petición de una “evaluación completa e independiente” de la situación en la región china.
Pero los activistas de derechos humanos piden a la ONU que adopte una línea más dura.
En la lista de retrocesos en materia de derechos humanos denunciados por Bachelet también se encuentra Rusia.
La ex mandataria centró sus críticas en la situación del líder opositor Alexey Navalny, quien desde marzo cumple una condena de dos años y medio en la colonia penitenciara de Pokrov, 180 kilómetros al este de Moscú, por cometer fraude y blanqueo en 2014.
Antes de su detención en enero pasado, el opositor se encontraba en Alemania, donde recibía tratamiento tras un supuesto envenenamiento con una sustancia de acción neuroparalizante del que Navalny hace responsable al Gobierno ruso, que lo ha negado.
Bachelet pidió que el país “respete los derechos civiles y políticos” en el período previo a las elecciones parlamentarias de septiembre y se declaró -aludiendo ala situación de Navalny- “consternada por las recientes medidas que socavan aún más el derecho de las personas a expresar opiniones críticas y su capacidad de participar en las elecciones”.
También instó a Moscú a poner fin a la práctica arbitraria de etiquetar a personas, periodistas y oenegés como “extremistas”, “agentes extranjeros” u “organizaciones indeseables”.
Coincidiendo con las elecciones nacionales que se celebran hoy en Etiopía, Bachelet denunció los abusos contra la población civil en la norteña región de Tigré, de los que responsabilizó a “todas las partes del conflicto”.
“Hay informes creíbles de que los soldados eritreos siguen operando en Tigré y continúan cometiendo violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario”, indicó.
“El actual despliegue de fuerzas militares no es una solución sostenible, y animo a entablar un diálogo global y multidimensional en todo el país”, dijo.