Superó por unos 10 puntos a Unión por San Luis. Una victoria central en lo nacional para Horacio Rodríguez Larreta en su táctica para ampliar Juntos por el Cambio.
Tras un lento escrutinio que demoró los resultados finales, Claudio Poggi se convirtió en el nuevo gobernador de San Luis y será el primer mandatario de la era post Rodríguez Saá. Además, es la primera derrota del peronismo en una provincia propia en este desdoblado calendario 2023: una victoria central en lo nacional para Horacio Rodríguez Larreta en su táctica para ampliar Juntos por el Cambio.
“Siendo las 12 de la noche voy a dar el parte, tendencia definitiva e irreversible. Con el 62% mesas escrutadas , Cambia San Luis 54% y Unión por San Luis 44%”, dijo Poggi en su bunker.
Si bien el actual diputado nacional ya estuvo a cargo del Ejecutivo entre 2011 y 2015 y fue el único apellido que alternó entre los hermanos desde el retorno de la democracia en 1983, en aquel entonces llegó al poder con la bendición de los Rodríguez Saá. Ahora, será una tarea más compleja, ya que el fin de la dinastía le requerirá rearmar la estructura política de la provincia.
El lema Cambia San Luis se quedó con un 54%. El sublema avanzar de Poggi y Ricardo Endeiza (Avanzar) obtuvo un 52,4, mientras que el segundo sublema liderado por Eduardo Mones Ruiz, exintendente de Villa Mercedes y padre del actual vicegobernador de la provincia, cosechó 0,3%. En tanto, el oficialismo de Unión por San Luis se quedó con un 44%. Jorge “Gato” Fernández y la senadora nacional María Eugenia Catalfamo fueron el binomio principal con el auspicio del gobernador Alberto Rodríguez Saá, al que se sumaron otros tres sublemas. Por su parte, el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad, con maestra rural Johana Gómez obtuvo 0,8%, y el Movimiento al Socialismo, con la fórmula Ítalo Gallardo-Yolanda Abregu, 0,2%.
La victoria de Poggi se cimentó en una serie de claves asentadas también en el clima de ciclo agotado. Dos de ellas centrales y ligadas entre sí: el retorno de la ley de lemas y la división de los hermanos, que no estuvieron en las boletas pero apoyaron a candidatos diferentes.
Es que el sistema que reemplazó a las PAS (primarias abiertas y simultáneas, pero no obligatorias), se convirtió en un búmeran: fue diseñado para blindar al PJ con una potencial candidatura de Adolfo dentro del espacio oficialista, pero el salto de este último al lema de Cambia San Luis le dio la posibilidad a Poggi de aglutinar a toda la oposición: el adolfismo, la UCR, socialistas, libertarios, Libres del Sur se sumaron a su sello Avanzar que cuenta con garantías del PRO.
A nivel nacional el viaje relámpago previsto de Martín Lousteau y en especial de Rodríguez Larreta ofició de cucarda de exhibición del ala de Juntos por el Cambio ligada al porteño, en momentos donde la alianza define su futuro de cara a las presidenciales y en franca tensión con el sector de Patricia Bullrich y Mauricio Macri.
El megabloque le permitió a Poggi sobrepasar el 45% necesario para superar a un oficialismo que, se sabía, no bajaba del 40%. Pese a las vicisitudes, el Alberto destacó la ley de lemas como un ahorro para evitar la doble convocatoria. Y Poggi dijo que planteará eliminarla y que es un sistema “tramposo” pese a que finalmente se benefició de esa ingeniería.
En esa lógica, si Adolfo, por caso, repetía la estrategia de 2019 de presentarse como un tercer espacio, la historia probablemente se hubiese repetido. En aquel entonces, Alberto Rodríguez Saá fue reelecto con 45%, seguido por Poggi y Adolfo, con 35 y 22 puntos, respectivamente. Además, la integración del hermano exiliado del PJ así como del radicalismo le dio a Cambia San Luis una tropa de fiscales en el interior que de otra forma no hubiese conseguido.
En tanto, a Fernández, exintendente de Tilisarao, un pequeño poblado de unos 12 mil habitantes y también exministro de la Corte local, no le alcanzó el infatigable trabajo de instalación hacia adentro que lo hizo subir en las encuestas y en conocimiento entre el electorado. Alberto Rodríguez Saá intentó convencer a su hijo, para mantener la estirpe en las boletas, pero no lo logró. Y Fernández, de bajo perfil, fue también una vana ofrenda de paz para su hermano.
En el Gobierno puntano buscaron que la elección se nacionalizara lo menos posible, y se mantuvo hermético con los medios con sede en Buenos Aires tanto en la campaña como durante el fin de semana de la votación. El gobernador ayer cuestionó a los dirigentes nacionales tras sufragar. Antes, en la praxis política, se había bajado de la liga de gobernadores, alejado de la Casa Rosada y vuelto la cerrazón puntana que siempre le había dado buenos réditos. Sirvió a los planes de clausura que el “Gato Fernández” votara en Tilisarao, a 135 km de la capital. Recién llegó a la sede del PJ por la noche, al igual que el mandatario.
Con una participación del 70% del padrón, también se pusieron en juego 17 intendencias con sus respectivos concejos deliberantes; 21 diputados y cinco senadores provinciales. En esa lógica Cambia San Luis ganó la intendencia de la capital provincial.