El 25% de los casos de cáncer de mama ocurridos durante el 2020 no fueron diagnosticados

Además hubo un atraso en la detección precoz de la enfermedad, igual a los niveles previos a la llegada de la mamografía.

Una de las grandes preguntas en el ámbito de la salud es qué sucede con las otras enfermedades, más allá del COVID- 19. En lo que respecta al cáncer de mama, el 25% de los casos ocurridos durante este año no fueron diagnosticados. Además, hubo un importante retroceso en la detección temprana de esta enfermedad, que se ubica en los niveles previos a la aparición de la mamografía.

Entre las razones principales de la falta de un diagnostico se encuentran: el miedo a asistir a un centro de salud lo que provocó una caída relevante de las consultas médicas y los chequeos de rutina, más allá de las modificaciones implementadas en los establecimientos sanitarios para poder funcionar en el marco del COVID-19. «Entre los meses de abril y junio, las consultas y estudios de control mamario en el Instituto Alexander Fleming (IAF) disminuyeron en un 60%; con un aumento a partir de julio, pero aún sin llegar al número habitual», detalló el médico, Daniel Mysler, Jefe del Departamento de Diagnóstico por Imágenes.

Además también sufrieron una severa disminución las cirugías en comparación con el mismo período pero de 2019. «Esto lleva a deducir en forma indirecta que existe al menos un 25% de casos que no fue diagnosticado», precisó el doctor, Federico Coló, mastólogo y Director Médico del IAF y remarcó: «Actualmente notamos una disminución en el número de consultas de pacientes asintomáticas. Al mismo tiempo, acuden mujeres que se autopalparon un nódulo o presentan manifestaciones de otro tipo. Esto deja en evidencia un claro retroceso en el diagnóstico precoz, tan fundamental en esta enfermedad y que nos ha permitido bajar los índices de mortalidad desde 1996″.

El cáncer de mamá es el más habitual en el género femenino, se calcula que 1 de cada 8 mujeres sufrirán esta enfermedad en algún momento de sus vidas. Según los datos brindados por el Instituto Nacional del Cáncer en Argentina se detectan por año, 20.000 nuevos casos y se producen 5.600 muertes. Además a mayor edad el riesgo es más grande, siendo los 40 años una edad crítica en cuanto a su incidencia.

Sin embargo, la mayoría de los casos se dan en mujeres que tienen más de 50 años y el riesgo es aún mayor en aquellas que poseen más de 60. Es por eso que, acorde con el Centro mamario del Instituto Fleming, la detección precoz de la enfermedad es fundamental, ya que, en el 90% de los casos permite realizar un pronóstico acertado y hasta lograr la curación.

No obstante, la doctora África Piñeiro, especialista en diagnostico de imágenes, aclaró: «Los tumores menores a un centímetro no suelen ser palpables y por otro lado, cuando las lesiones se presentan como microcalcificaciones no suelen dar síntomas, lo que demuestra el valor de los estudios de control anual, con mamogafía y ecografía que permita hacer un correcto diagnóstico en estos casos».

Por lo tanto, resulta de gran ayuda para las mujeres realizarse una mamografia anual a partir de los 40 años aunque no tengan en su familia antecedentes de cáncer de mama y no posean ningún síntoma. «No contar con antecedentes directos no es motivo para postergar los controles ya que el 85 por ciento de las mujeres con cáncer de mama no tiene antecedentes familiares directos y se denominan esporádicos», explicó la médica Carolina Ponce, del Centro Mamario IAF.

Fuente: El Intransigente