Por: Agustín Pons Fontana
“Hysaj, gusano, Lazio es fascista” reza uno de los trapos colgados a las afueras del Estadio Olímpico romano.
Por petición expresa del técnico Maurizio Sarri, quien lo tuvo en Émpoli y en el Nápoli, el lateral derecho albanés Elseid Hysaj recaló en la Societá Sportiva (S.S) Lazio en este último mercado de pases. La transacción fue dinámica en demasía ya que al club romano no le costó ningún centavo. El defensor llegó a la institución en condición de libre, luego de que se le venciera el contrato en el club napolitano, su último empleador.
Mientras se encontraba realizando su primera pretemporada con su nuevo grupo de compañeros el futbolista fue filmado, a modo de presentación, mientras entonaba una canción, escogida por él, subido a una silla de plástico blanca. Ni bien el video fue subido a las redes sociales, los ultras (término símil al de barrabrava) de la S.S Lazio reaccionaron dejándole claro un par de cosas al jugador, pero sobre todo que “Lazio es fascista”.
“Históricamente hemos sido aficionados de extrema derecha. Y lo digo con orgullo. La camiseta de la Lazio es algo fuera de este mundo. Hysaj se equivocó, no hay excusas”, aseguró Franco Costantino, el ‘capo’ de los Ultras Lazio (como se denomina a la barra actual)
¿Qué había sucedido? La flamante incorporación había entonado, ni más ni menos, la reconocida Bella Ciao, canción central en la serie española, La Casa de Papel. Pero la serie sólo la volvió un producto de masas. El tema, y acá está el meollo de la cuestión, remite a un himno antifascista que entonaba la resistencia partisana contra Benito Mussolini y el nazismo alemán en los albores de la Segunda Guerra Mundial. En este sentido, la noticia de los últimos días acerca del apriete sobre el jugador de 27 años nacido en Shkodra, Albania nos da el pie para abocarnos, de forma somera, a la estrecha relación entre la ultraderecha italiana y los ultras del equipo romano.
No es la primera vez que los Ultras Lazio tienen este tipo de expresiones de odio de distinta índole hacia un futbolista u otras instituciones como la Roma o el Livorno. Por ejemplo, durante el clásico de la capital contra la A.S Roma la barra, que se ubica en uno de los codos del Estadio Olímpico, la “Curva Nord”, extendió un trapo que rezaba ”Auschwitz es su patria; los hornos, sus casas”. Otro acontecimiento sucedió durante la temporada 1992/1993, cuando el objetivo de pintadas racistas y antisemitas por los alrededores del estadio fue Aron Winter, primer jugador negro del equipo, cuya procedencia era el Ajax de Amsterdam, club relacionado con la comunidad judia de la ciudad de Paises Bajos.
La simpatía por el club romano de Benito Mussolini genera una interpretación rápida sobre las expresiones de odio de los tifosis de este club. El Duce se hizo socio de la S.S Lazio en el año 1929, además, por otro lado, utilizó al fútbol como medio para potenciar su mensaje fascista en todo el territorio. Si tenemos en cuenta que los Ultras Lazio (hasta 2020 Gli Irriducibili) no son los únicos en abrazar valores e ideas nacionalistas y fascistas en, para reducir el análisis, Italia, estaríamos en condiciones de sostener que no sólo porque Mussolini haya sido hincha de la Lazio, los tifosis sean fascistas. Hay otros factores que entran en juego, junto con ese. ¿Puede que sean más nostálgicos con el régimen fascista que otras barras? Puede; Por ejemplo, una de las frases correspondientes al grito de guerra de Mussolini y los camisas negras: ¡Boia chi molla!” (“verdugo el que abandone la lucha”) todavía se escucha en el Olímpico cuando se miden, particularmente, contra la Roma y Livorno.
Por otro lado, es importante señalar que la consolidación del vínculo de la barra biancocelesti con la ultraderecha se da un par de décadas después de la caída del Duce. Más específicamente se remonta a la década de los ‘70. Allí empiezan a aparecer, en la tribuna del Estadio Olímpico, grupos radicalizados de derecha. Será en el año 1971 cuando nacen los “Commandos Monteverde Lazio”, liderados por Goffredo Lucarelli, apodado ‘il Tassinario’ (el taxista en dialecto romano). En la cancha, el alma del plantel en dicha década, quien tenía un vínculo estrecho con los Commandos, era Giorgio Chinaglia, apodado ‘Long John’ (nombre del pirata Long John Silver de la Isla del tesoro de Louis Stevenson). En 1974, Lazio gana su primer scudetto con él como máximo estandarte. A partir de allí, el jugador que luego sería compañero de Pelé en los Cosmos de Nueva York, será el símbolo de todas y cada una de las agrupaciones al frente de los barrabravas lazianos. No sólo porque consiguió con la Lazio el campeonato, sino también por no ocultar su apego por el fascismo.
En 1987 nació Gli Irriducibili (Los Irreducibles) cuando un grupo de hinchas se escindió de la facción ultra mayoritaria, los Eagles. Poco a poco, los Irriducibili comienzan a crecer en número hasta convertirse en el grupo más respetado de toda Italia. Los Eagles pierden poder hasta desaparecer a principios de los ‘90.
Mientras Los irreducibles ofician como el grupo ultra mayoritario de la S.S Lazio acontecieron los casos que más arriba se mencionó. Otro hecho de expresión de odio se dio en el 2001 cuando la A.S Roma consiguió su tercer scudetto. Desde la Curva Nord se leyó: “Equipo de negros, hinchada de judios”; Tienen una estricta política de no permitir mujeres en las primeras 10 filas del codo norte del estadio; Al delantero alemán, miembro del equipo entre el 2011 y el 2016, Miroslav Klose, cada vez que convertía le entonaban el slogan nazi “Gott Mit uns” (Dios está con nosotros), pero adaptandolo a su nombre: “Klose mit uns”.
En febrero de 2020, a través de un comunicado oficial, Gli Irriducibili notificó que pasarían a llamarse Ultras Lazio. Si bien en el verano europeo de 2019, el líder de Gli Irriducibili, Fabrizio Piscitelli alias Diabolik, es asesinado, el actual líder de la facción renombrada, Franco Constantino, sostuvo que nada tiene que ver con su muerte. Los líderes y hasta los nombres de los ultras laziales han cambiado a lo largo de los años, pero la ideología, por lo menos desde los ‘70, no se ha modificado.
Volviendo a lo sucedido con el joven futbolista albano el repudio también se extendió por las redes. Uno de ellos nos da el pie para hacer referencia a otro club italiano, cuya hinchada se encuentra en las antípodas de los Ultras Lazio: “Esto no es Livorno”. La ciudad portuaria de Livorno se caracteriza por tener una población de izquierdas y con una arraigada identidad obrera, y está considerada como la cuna del comunismo en Italia. La afición del equipo local, la Associazione Sportiva Livorno, acostumbra a portar banderas con la hoz y el martillo, así como pancartas con el rostro de líderes del movimiento comunista como el Che Guevara. Es habitual que los hinchas entonen el Bella ciao, el tema popular cantado por la resistencia partisana durante la Segunda Guerra Mundial, cuando luchaban contra las tropas fascistas y nazis.
El Bella Ciao, tema que cobró notoriedad y masividad a a partir de la serie española La casa de papel, remite a un himno antifascista que entonaba la resistencia partisana contra Benito Mussolini y el nazismo alemán en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Las resignificaciones de la canción que vinieron después da para hacer un compendio a parte, a priori, interesante sobre las complejidades de la cultura de masas. El jugador no se expresó al respecto, ¿Sabrá la historia detrás de esta canción popular? ¿Le habrá pasado lo mismo que a Gianluigi Buffón cuando era aún un joven arquero de Parma, según declaró cuando le consultaron sobre la frase que se había escrito en la camiseta?
El hoy histórico arquero italiano, cuando daba sus primeros pasos en el club parmesano se vio envuelto en una polémica cuando escribió en su remera con lapicera “Boia chi molla” sosteniendo, en declaraciones posteriores, que no tenía idea de las implicaciones históricas de la frase. Rápidamente tuvo que salir a explicar que la frase en cuestión se le había ocurrido porque en el dialecto de su región (la Emilia Romagna) es una imprecación de uso común entre las gentes.
Por otro lado, Hysaj proviene de Albania, país que el dictador italiano anexó previo al comienzo de la segunda guerra mundial, aprovechando una crisis política allí. Como dice Jesús Martín Barbero quien manifiesta que lo masivo niega los “conflictos a través de los cuales las clases populares construyen su identidad”; La cultura de masas vacía de sentido despojando el carácter de clase de lo popular, lo que termina concluyendo en su despolitización. Podemos hacer conjeturas e interpretar qué intenciones tuvo el futbolista al cantar el Bella Ciao. Lo que queda claro es que no es bienvenida por los ultras fascistas de la S.S Lazio. ¿Qué esperan, entonces? O que te quedes al margen o, si te expresas tiene que ser al estilo de Paolo Di Canio, quien enérgicamente se paraba frente a la Curva Nord y extendía su brazo derecho hacia ellos, haciendo el saludo fascista. Y si tenés tatuado DVX (Duce en latín), en uno de tus brazos, y una gran águila imperial en tu espalda (por la propia reivindicación que hacen los fascistas italianos del imperio romano, el águila Imperial se tornó emblema del régimen de Benito Mussolini), los Ultras Lazio te tendrán un significativo cariño.