Más de 80 mil personas inundaron Tel Aviv. Las protestas se replicaron en otras ciudades del país. En Jerusalén, la policía arrestó a manifestantes que llevaban una bandera palestina.
Más de 80.000 personas participaron de una protesta en Tel Aviv contra el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y en particular contra la reforma judicial promovida por la coalición oficialista, conformada por partidos de derecha, ultraderecha y ultraortodoxos. Las protestas se replicaron en otras ciudades del país. En Jerusalén, la policía arrestó a manifestantes que llevaban una bandera palestina, según el diario The Jerusalem Post.
Los manifestantes pedían “salvar la democracia” y evitar el “derrocamiento del régimen” político en vigor en Israel desde la creación del país en 1948, consignó la agencia de noticias AFP. “Las elecciones no le dan a nadie el poder de destruir la democracia”, dijo en Tel Aviv la exministra de Justicia Tzipi Livni, que cuestionó duramente al gobierno de ultraderecha.
“Derramar veneno, mentir, calumniar al hermano, marcar como enemigo a cualquiera que piense diferente. (Están haciendo) todo para que nos desmoronemos desde dentro y nos debilitemos como sociedad antes del gran ataque”, señaló, en declaraciones recogidas por el diario Haaretz. Esta es la segunda semana en la que se registran manifestaciones contra el Gobierno de Netanyahu, sobre todo después de la propuesta de reforma presentada por el ministro de Justicia, Yariv Levin, que busca dar al gobierno el control del comité de selección de los jueces y limitar la autoridad de los asesores legales.
Las protestas fueron convocadas por los partidos de centro, de izquierda y la alianza de los partidos árabes Hadash Taal, que piden además la renuncia del jefe de Gobierno, procesado en varios casos por supuesta corrupción.
A estos se sumaron otros colectivos descontentos, como los opositores a la colonización israelí en Cisjordania y los movimientos de defensa de los derechos de las personas lesbianas, gays, trans, bisexuales y queer (LGTBQ), preocupados por la presencia en el gobierno de ministros abiertamente homófobos.