¡Llegó el Notero! Anduvo tomando cofii delicatessen por La Lucila! Extra!

¡Llegó el Notero! El portador de la verdad, el heraldo de la información, el que trae la data fresquita, como el pan de la mañana. Todos queremos saber la última moda, la última tendencia, lo que pasa en cada rincón de tu barrio y, sobre todo, en tu casa, desde ese trono glorioso que es tu sillón. Gracias Rodolfo, Gracias Roberto! Con su permiso!

Pero ojo, si nos quedamos todos sentados mirando la tele, ¿qué va a pasar? Muchos “noteros” creen que lo que cuentan es lo que hay que contar, cuando en realidad cuentan lo que les piden que cuenten. ¡Este notero es diferente! Tiene la data, sabe dónde está y se mueve como si tuviera un GPS emocional. Es como ese presidente que decía que en una hora podías estar en la estratosfera y en una hora y media en Japón… y aún así se olvidaba de dónde estaba la puerta de salida, a non para ese era otro, a no para ese eran otros dos. No si yo te digo que, mamita querida.

Y hablando de presidentes, ahora tenemos otro con las mismas patillas, pero con más pastillas. ¡Hasta los mismos yuyitos! Y te dice que aquel fue el mejor presidente… Imaginate lo mal que estamos, ¡es como elegir entre un Titanic que se hunde y un submarino que hace agua!

Hablando de hundirse, quiero contarte una historia que es fresca como el agua… que pasa cerca de donde estás, porque esto ocurre en cualquier barrio de Argentina. Resulta que en La Lucila, en Anchorena y Rawson, caminas unos metros y te topas con lo que algunos denominan el “Verde.Club”. Un grupo de amigos que se han plantado a trabajar por un proyecto en el que creen, en un mundo donde muchos solo hablan de proyectos en los que ni ellos creen, se autodenominan EnConjunto. Porque hacen piensan y viven de manera colaborativa. Están cambiando las cosas, yo te digo. Los verdaderos precios justos están ahi, Anchorena 864, La Lucila, Vicente Lopez.

Me pregunto en que andaran los de turno por esos pagos, seguirán los caminos de Don Jorge? Ademas de limpiando las calles de basura. Que no quede ni un solo homeless sin hogar!!!! Espanto!! Pero eso si, las vereditas sanas todas necesitan cambio.

Pero aquí viene lo divertido: les están hinchando las guindas por tener una huerta en la vereda. ¡Sí, una huerta! Pero claro, a algunos vecinos coquetos no les gusta que haya plantas nativas, porque eso atrae colibríes, mariposas, gorriones, y hasta niños que se olvidan de estar pegados a una pantalla. ¡Horror!

Fuente Instagram Vrde. Club

Es más fácil denunciar una huerta autóctona que reconocer que el resfrío que todos tienen se debe a los plátanos gigantes que tiran polvo como si fueran fábricas de estornudos. Y no hablemos de la poda del municipio, que parece más un gasto de campaña que un servicio. Pero de eso, mejor no se habla, ¡que no se nos caiga el velo de la “normalidad”!

Parece que alimentarse bien ya no es solo lo que metemos en la boca, sino también lo que nos mandamos por los ojos y los oídos, y peor aún, lo que vomitamos con las manos y la boca. ¡Estamos en un ciclo digestivo de noticias!

Así que te vuelvo a contar esto: esta es la nota que pasa en tu barrio, cerquita de tu casa, y tú te enteraste aquí, en el sillón del comedor, mientras la patrona hace fideos con tuco. ¡Ni para el bife con ensalada ya estamos! Así están las cosas en el país, y se las estamos cantando.

¡Antes Lucha, ahora Circo! ¡Antes Pan, ahora Clonazepam!

Papa Frita y Gud Chow!

x Kimey Newen
@kimeynewen