Colaboradores de cuarenta comedores y merenderos populares se movilizaron el pasado jueves, a modo de reclamo ante la reducción en lo gramajes de las raciones de comida que se les entrega.
Los recortes en productos alimenticios por parte del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hacia los comedores, provocaron la indignación instantánea y se vieron obligado a manifestarse, dado que no cuentan con los recursos necesarios para autoabastecerse.
Además, en sus denuncias incluyen que también hubo impactantes recortes en la llegada de carnes, y que varios de los alimentos que sí arriban, lo hacen en mal estado.
Son muchas las familias que dependen de este paliativo para poder incluir un plato de comida en su mesa, y con esta medida dicha porción no alcanza a ser ni de una por jornada.
Ya habían sido variados los reclamos por las condiciones de hacinamiento en la que se encuentran los barrios populares porteños, y la falta de necesidades básicas como el agua potable en medio de una pandemia. Estas condiciones conllevaron a el fallecimiento de vecinos (como Ramona Medina) que de no ser por esas subordinaciones, podrían haberse evitado.
Lorena Corral, responsable del Centro Cultural Recreativo Biblioteca Evita del Barrio Zavaleta, en diálogo con El Destape Radio, consignó: “Cada vez tenemos más gente y para algunos es la única comida del día. Cuando hacen el cambio de menú de invierno a verano bajan muchísimo los gramajes. Es muy poca mercadería la que nos entregan para poder hacer los platos de comida que ellos ponen”.
También advirtió haber tenido reuniones con administradores del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta por videollamda, pero en las cuales las respuestas fueron nulas. Solo les comentaron que “no hay presupuesto”.
“Estamos desbordados, porque con este problema de la pandemia, la cuarentena, que la gente no puede salir a trabajar, los trabajos son changas, la gente perdió sus trabajos, y cada vez tenemos más gente”, agregó.
“Incluso dejaron de entregarnos los productos necesarios para la sanitización y el cuidado, como detergente, lavandina, barbijos. La última vez que nos hicieron llegar eso fue en octubre, prometiendo renovar en enero, pero aún no llegó nada”, incluyó en protesta por el recorte en productos tan esenciales en plena pandemia de coronavirus.
“Es preocupante, porque no solo trabajamos con familias del barrio, sino también con gente en situación de calle a las que ahora no le podemos entregar ni la bandejita de comida, porque ni siquiera tenemos el material descartable para eso”, expresó Corral.
Antes contaban con una sopa por semana, la cual fue extraída del menú y ahora solo les hacen llegar milanesas la misma cantidad de veces cada siete días. “Después cambiaron los platos en sí porque por ejemplo la carne la sacaron, casi todo el menú de la semana es a base de pollo”, afirmó la responsable de la Biblioteca Evita. Los gramajes reducidos, según indican, son de cada porción de comida para cada beneficiario.
“El Gobierno de la Ciudad no evalúa la condiciones en las que vienen a los comedores. Tuvimos contagiados de Covid que aún sufren secuelas, hay enfermos de HIV, chicos con muy poca nutrición”., explayó. El reclamo fue de comedores bajo programa, esto es, que reciben el aporte nutricional y un subsidio semestral desde el sector gubernamental, subsidios que también piden que se actualice a comparación del costo de vida.
“Tenemos 565 raciones y en el relevamiento que se hizo hace menos de un mes registramos que vienen 640, que vienen de lunes a viernes. Al tener más personas que las raciones que nos mandan no llegamos a cubrir el total. Recibimos mucha gente y aumentó mucho durante la pandemia la cantidad de familias que vienen a los comedores y merenderos de toda las villas de la Ciudad”, culminó Corral.
Asimismo, pidieron por la aplicación de la Ley Ramona, que prevé la entrega de un reconocimiento económico a trabajadores comunitarios, y se les planteó a las autoridades la necesidad de mejorar la infraestructura edilicia y el equipamiento.
La movilización, informaron las y los organizadores, se realizó con barbijo y distanciamiento social. Partieron desde el cruce de la Avenida Iriarte y Zavaleta hacia la sede central del Gobierno porteño, ubicada en Parque Patricios.