Por: Roberto Candelaresi
Introducción y RESUMEN
Aquellos países con experiencia de movimientos populares en el poder, fueron bastante exitosos redistribuyendo ingresos y poder favoreciendo a grandes mayorías, lo que motivó una suerte de contraataque del “poder real”, canalizado por sus estrategas y representantes en la política, formaciones conservadoras de derecha clásica.
Ello consistió en la aplicación de estrategias desestabilizadoras para desplazar a los progresistas del poder –finalizados o no sus mandatos– y, de ser posible, sacarlos de la escena política. Entre otras tácticas se incluyen como medios para su fin, los dispositivos comunicacionales a su disposición (la mayoría de los medios comerciales) y la judicialización de la política. Esa estrategia acordada por los actores de las oligarquías y sus albaceas, se la conoce como el «PLAN ATLANTA». Veamos de que se trata en detalle:
Génesis de una maquinación
Como corolario de sendas Conferencias del Liderazgo Latinoamericano llevadas a cabo en Asunción y Brasilia en 2010 y 2011 respectivamente, que fueron convocadas por el “Instituto para el Desarrollo del Pensamiento” de Paraguay y, con el patrocinio de fundaciones, en las que se destaca la Fundación Global de la Paz, los exmandatarios asistentes [conservadores todos], sentaron bases para formar una organización latinoamericana que desarrollara un activismo a favor de la implementación de políticas guiadas por los principios y valores de la Declaración de Asunción, y así, en el año 2012 surge la “Misión Presidencial”.
Los ocho expresidentes fundantes, trascendiendo – hipotéticamente – todo interés partidario, aportaban su experiencia y conocimiento al servicio de la “UNIDAD de América Latina y la cooperación de TODAS las Américas” (sic). Como quedó dicho, el motivo de unirse y colaborar juntos quedó expresa en el acuerdo de Asunción, y de allí se puso en marcha esa iniciativa.
Un dato que no debe omitirse pues lo entendemos como hilo conductor, es que la totalidad de los Fundadores fueron coetáneos en sus mandatos, desde fines de los ’80 y principalmente durante los ’90. Asimismo, un grupo más numeroso que se acopló en carácter de Participantes, también fueron jefes de Estado durante la era más conspicua del consenso de Washington. [De Argentina participó invitado el Dr. Eduardo Duhalde].
En diciembre de 2012 surge desde la Misión, la “Declaración de Atlanta sobre el Futuro de las Relaciones Hemisféricas”, curiosa actividad, dado que es normalmente reservada a ejecutivos (presidentes, cancilleres, embajadores) en funciones, por sus competencias actuales, no dirigentes con sus mandatos cumplidos. Y la otra peculiaridad es, que alude en la declaración, a la inclusión “de los Estados Unidos de América” que no contaba con ningún líder, ni fundador ni participante.
El documento “consensuado” propicia una nueva era de relaciones entre toda América, olvidando el pasado con “desencuentros” con EE.UU. [invasiones, asistencia a golpes de estado, injerencia en asuntos internos de los países, asesinatos, etc.]. Época que será guiada por la tolerancia, el respeto y la solidaridad, etc. y todo tipo de propósitos declarativos.
El corpus de la declaración consta de seis (6) puntos convenidos, breves pero significativos, y cuyo extracto sería:
- Creencia en Dios, valores espirituales y pluralidad
- La libertad y el orden que conceden la democracia y el sistema republicano
- Oposición al retorno de cualquier tipo de dictadura o autoritarismo
- Estrechar lazos entre América Latina y los Estados Unidos de América [Comercio, Inversiones, etc.]
- Proporcionar una educación de calidad (incluyendo la Moral) para mejores ciudadanos
- El reconocimiento de las identidades y respeto de las diferencias, integración con solidaridad.
Es decir, toda aquella manifestación pública tiene un alto contenido político meritorio desde la Ética. Sin embargo, por distintas vías, testimonios directos hicieron trascender en su momento, las verdaderas premisas y objetivos que formaron parte de los entretelones de la actividad de la Misión Presidencial en Atlanta 2012 (Hotel Marriot), como de su entorno.
Uno de sus principales denunciantes resultó ser Manuel de Jesús “Manolo” Pichardo, primer presidente dominicano del Parlamento Centroamericano, PARLACEN y posteriormente presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe COPPPAL. Participó como testigo del escenario de planeamiento de intervención contra los partidos que no respondan a la centro-derecha o derecha como los “conspiradores” allí reunidos.
El vicepresidente uruguayo Raúl Sendic posteriormente también referirá al plan desestabilizador de gobiernos de izquierda y de los procesos populares, al ser afectado él mismo, por las presiones y las técnicas que se describen en este texto. La Posverdad como objetivo-efecto y las redes sociales como canales que la potencian hasta hacerla crecer como ‘bola de nieve’, gravitan tanto en la opinión pública que nadie duda, ni objeta mínimamente lo dicho. Los escándalos al orden del día, por más fakes que resulten. El poder judicial cooptado hará el resto.
¿En qué consiste el Plan Atlanta?
A finales de 2012, siempre auspiciados por intereses extranjeros (o imperiales) y con el afán de “mejorar” las relaciones de América continente (norte, centro y sur), aprovechando la proverbial debilidad institucional de los países de la región, se fundó en Atlanta [Capital de Georgia, EE.UU., el país anfitrión), la Misión Presidencial Latinoamericana, como “una iniciativa ciudadana que reúne a los expresidentes «demócratas» de América” [en rigor, solo liberales y derechistas], sirviendo para “exponer o diseñar” una estrategia aludida como “Plan Atlanta”, que puede describirse en síntesis, como un verdadero “complot” para socavar los liderazgos de izquierda o los presidentes progresistas y populares del continente.
Fundamentos implícitos:
Podemos especular sociológicamente, que esta PERSECUSIÓN a dirigentes y líderes populares, es en razón de que las oligarquías regionales, –mandantes de los políticos complotados– no conciben que las riquezas generadas sean distribuidas con mayores niveles de justicia, acostumbrados a acumular riqueza basada en la explotación de las grandes mayorías. Las políticas asistenciales son indeseables para la élite conservadora. Incluso rechazan el crecimiento del consumo popular que les reditúa económicamente, dado que son los productores y comerciantes de productos masivos.
Las fuerzas políticas que operan en la red de esta conspiración, son las que tradicionalmente sirvieron de apoyo a grupos conservadores vinculados a fuerzas extranjeras que tienen expresión en gobiernos y multinacionales. Son fuerzas de nuestra región que operaron como peones de intereses extraños a los nuestros, a los latinoamericanos.
En general, las élites latinoamericanas, no accionan si no es con el consentimiento o dirección de EE.UU., y ese país, asociados con fortunas locales, no aceptan el nivel de independencia política y económica, que los gobiernos populares y progresistas procuran a sus pueblos, frenando la política de expropiación de los “conquistadores” desde la colonia. No admiten tampoco la revisión de los intereses y negocios que operan en nuestros países, por lo que EEUU tuvo que conspirar (estimulando a actores locales con similares intereses) para volver a la expoliación.
El Plan que traduce la estrategia consistiría en dos fases:
A)- Lanzar una campaña de desprestigio contra presidentes de izquierda o progresistas para socavar su liderazgo. Para ello, se aseguró contar con los medios de comunicación, (algunos de los cuales citaremos más adelante) dispuestos a la manipulación mediática (la POSVERDAD: es decir, toda información que apela a las emociones, creencias o deseos íntimos del público. Si digo algo malo de un político desprestigiado, nadie dudará), para generar el descrédito de ciertos políticos de la orientación señalada. Concretamente, consiste en el impulso de denuncias falsas de corrupción contra ellos y a través de las cuales intentan deslegitimizarlos hasta destruirles la reputación para dejarlos afuera del juego electoral.
B)- Transformar aquellas maniobras mediáticas en casos (procesos) judiciales para interrumpir sus mandatos, o impedir sus reelecciones, sin recurrir a referéndum o votaciones populares que los revalide o los vuelva a introducir en las jefaturas estatales.
Para asegurar la consecución de lo planeado, se reconocen y cooptan a individuos ligados a las instituciones judiciales de la región (“Pepín” Rodríguez Simón, por ejemplo), quienes, comprometidos con la conspiración, llevarían a los llamados ‘Golpes Suaves’; encubiertos de juicios políticos precedidos de escándalos de corrupción, o campañas dirigidas a ventilar supuestos comportamientos cuestionables de la vida íntima de los líderes progresistas; incluyendo, si fuere necesario, a familiares, amigos o allegados (Lugo, Evo, Lula, Alejandra Gils Carbó, CFK).
“Atlanta” a plena marcha. Su ANTECEDENTE.
Así como en los ’70, cuando asomaron algunos gobiernos populares en América Latina, la CIA “colaboró” para la gestación del “Plan Cóndor” [siendo el jefe del Departamento de Estado estadounidense Henry Kissinger señalado como su “ideólogo], cuyo propósito, una vez producidos los golpes que los desalojaron, fue el de aniquilar a la izquierda opositora durante ese periodo, en plena Guerra Fría, para lo cual se coordinaron los servicios de seguridad de las dictaduras militares de Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Esta coordinación implicó, oficial y directamente, el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países, y desaparición o asesinato de personas consideradas por dichos regímenes como “subversivas” del orden instaurado, o contrarias a su política o ideología.
Una vez contenida (o desaparecida) la disidencia, el objetivo estratégico de dicho plan era instalar en la región un Plan Económico Neoliberal, con el desmantelamiento de los Estados como articuladores de la vida pública y el desarrollo económico, más un fuerte endeudamiento externo.
En la época actual, ante el desprestigio internacional de las dictaduras militares, la golpista derecha liberal de nuestros países, en sociedad con el Departamento de Estado, se puso a idear un Nuevo Sistema que les haga posible apropiarse otra vez de los gobiernos nacionales, sin producir rechazos éticos por parte del concierto de naciones. De allí que se utilicen las formas republicanas, y el supuesto respeto constitucional a la ley, para lograr sus ambiciosos objetivos.
Pareciera que esta estrategia o plan, cuenta con el respaldo de nuestra conocida ONG; National Endowement for Democracy, financiada por la CIA que opera en la política regional, y que ‘ASESORA’ en estas cuestiones a los políticos locales. En el caso de Argentina, son conocidos los contactos de Margarita Stolbizer, Graciela Ocaña, Gabriela Michetti y Lilita Carrió, por ejemplo.
Verificando los hechos, el Plan Atlanta está en pleno proceso y resultó bastante exitoso a la luz de esas experiencias. [Zelaya, Fernando Lugo, Glass, Dilma Roussef, Raúl Sendic, Maduro, Correa, Evo Morales, Lula Da Silva, y C.F. de Kirchner.] Todos bajo acoso judicial o parlamentario de claro perfil político.
Otras técnicas [tácticas] empleadas como variantes del Plan son:
- Derrotar al enemigo con sus propias fuerzas. Reclutan militantes del progresismo de la región que luego TRAICIONAN sus principios. [Luis Almagro, Lenin Moreno, Temer, etc.] Dirigentes que son cooptados para las conspiraciones.
- Fomentar la división en las fuerzas populares. El caso del peronismo en el 2015 con Scioli y su 36% de sufragios y Massa por separado obteniendo un 21%, que hubieran sido un resonante triunfo, y se convirtió en DERROTA. El fraccionamiento los dejó en minoría, y la derecha de M. Macri se alzó con el poder.
En nuestra visión, las fuerzas progresistas estuvieron desarticuladas, a pesar de los esfuerzos de COPPAL y del Foro de São Paulo para definir políticas comunes que los lleven a enfrentar con éxito los desafíos y amenazas que experimentan. Con las particularidades de cada país, se podría haber confrontado al desarrollo del “Plan”, si hubiera permanecido en funciones el UNASUR, por ejemplo. Los últimos triunfos de corrientes de orientación progresista en el subcontinente, y la muy probable pronta reivindicación de Luiz Inácio Lula Da Silva en el Brasil, tal vez produzca la necesaria inflexión en el desarrollo de la cooperación más sólida en las POLÍTICAS DEFENSIVAS de las democracias conjuntas.
Sin embargo, los gobiernos o partidos populares desde que se conoció este nefasto Plan, no articularon ninguna estrategia para desmontarlo. Por ello, ahora se sufren fuertes golpes en la institucionalidad democrática en la región. El pueblo (mayorías populares) debe estar concientizado para movilizarse y evitar el desmantelamiento de sus conquistas y la posible vuelta de la pérdida de nuestra soberanía. Los gobiernos populares atentos, nunca desprevenidos, ni subestimar las movidas cuando se inician, para no ser víctimas de las acciones desestabilizadoras y reaccionar antes que tarde. El contacto con el pueblo debe permanecer activo, porque así ante la amenaza siempre hay respuesta del APOYO POPULAR.
En nuestro país, debemos mencionar que, durante la administración macrista, se permitió la fusión de dos importantes empresas de telecomunicaciones que convertiría al conglomerado Clarín en la mayor compañía en este rubro de América Latina.
Y ello, a pesar de la aguda confrontación con el grupo Clarín, que en el año 2008 fue el organizador del PARO AGRARIO que llevaron adelante los grandes conglomerados financieros agro-exportadores en Argentina. El enfrentamiento fue frontal y dio lugar a la creación de una herramienta defensiva de la democracia, la diversidad y la pluralidad, que fue la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la que el citado GOBIERNO DE DERECHA, recortó su aplicación hasta casi derogarla. La espada que hoy entregaste al mercenario para empoderarlo y que te defienda, mañana te puede tener como víctima. Baste decir que los sectores controlantes del grupo Clarín son la gran banca Goldman Sachs y el JP Morgan, para tomar noción de los verdaderos intereses detrás de escena, muy por encima de los adjudicados al contador Héctor Magnetto.
CERRANDO EL TEMA
Aunque invalorable como resulten los testigos directos de un hecho político de potencial o real trascendencia por sus alcances sociales, los analistas como en cualquier pesquisa, debemos atenernos a la constatación fáctica del “fenómeno” bajo estudio. Cuando la ocurrencia (o recurrencia) de tantos casos parecen responder a un patrón similar ya tenemos un principio racional para nuestra hipótesis.
Escrudiñados los hechos de desestabilización, y de persecución judicial con el concurso de medios de información comerciales, acaecidos en el último decenio en Latinoamérica, dejan ver una telaraña de relaciones y acciones encaminadas a ponderar hechos que difieren mucho de la realidad cotidiana, pero que confluyen en el accionar que se viene describiendo. Esas acciones, relaciones y vínculos varios, descriptos detalladamente, dan cuenta en realidad de un fenómeno mundial, en tanto que los servicios de inteligencia interactúan constantemente en todo el mundo. Pero no se verifica, al menos en una escala de trascendencia institucional, el concurso de tribunales judiciales para cancelar liderazgos políticos a partir de ciertas campañas.
Las operaciones de prensa [connubio entre servicios de inteligencia y periodismo], son más densas en algunos lugares que otros, pero existen en todos lados. En nuestra región, LA INFORMACIÓN, sin perjuicio de quien provenga, o como se obtenga, es ante todo ponderada por el beneficio que tenerla implica y acarrea.
Así, aplicando criterios selectivos, se omite cuando la connotación negativa perjudica a un aliado [PANAMÁ PAPERS a M. Macri] o, si se carece de información, se utilizan artilugios periodísticos, en redes sociales o incluso como vemos, judicialmente, “creándola”, en perjuicio de inamistosos del poder fáctico, y para lograr la adhesión de la opinión pública mayoritaria, pues esos espectadores son también ciudadanos, y en tanto tales, ELECTORADO, que puede legitimar las opciones políticas conservadoras, a pesar de sus malas artes.
Septiembre de 2022