La Iniquidad que sostiene la Inequidad

[O el retroceso civilizatorio actual ante el adormecimiento de la tradición rebelde]

Por: Roberto Candelaresi

Parte I

DEFINICIONES

Iniquidad se refiere a la cualidad de inicuo [injusto]. Designa maldad, perversidad, abuso o gran injusticia, es decir, todo acto contrario a la moral, la justicia y la religión. V.gr.; injusticia, maldad, infamia o ignominia.

Inequidad significa desigualdad o falta de equidad. Se asocia a una situación de desigualdad que genera injusticia. En el ámbito social representa diferencia entre grupos o clases que la constituyen, porque algunos tienen dificultad (o imposibilidad) para acceder a ciertos bienes y servicios, lo que es en sí una discriminación. Causa y consecuencia de la situación. —

INTRODUCCIÓN

La afirmación del neoliberalismo como paradigma dominante ha debilitado el tejido social. La disminución de la participación de los salarios en los ingresos, la inestabilidad laboral y el aumento de las desigualdades son fotogramas de la misma película.

La desigualdad no es sólo la pobreza en sí misma, sino un caldo de cultivo para el descontento social, el conflicto y la violencia.

Aldo Ferrer, Economista.

En este contexto, las fuerzas progresistas tienen grandes dificultades para encauzar su malestar hacia la globalización neoliberal. Contrariamente, las fuerzas de derecha extrema crecen a ritmo sostenido. Ensayando una anticipada respuesta agreguemos que a la vieja usanza fascista, para canalizar la bronca, se crea un chivo expiatorio [inmigrantes, planeros, sindicalistas, etc.], pero esto  invisibiliza a los beneficiarios reales del orden neoliberal. Si la productividad creció estos años más que el salario, la diferencia quedó con el capital, no con ningún otro actor económico /social. No cuestionarlo masivamente, nos hace plantear la hipotesis del “retroceso civilizatorio”.

Pero en un panorama más amplio, digamos que estamos ante una crisis multidimensional que afecta a todos los ámbitos de la vida. Es la crisis de un modelo insostenible de producción y consumo que amenaza la vida del planeta, es la crisis definitiva del modelo cultural de la modernidad capitalista occidental. Esta crisis afecta la vida y la salud en un sentido amplio, afecta los ecosistemas y su biodiversidad, poniendo en peligro la vida en el planeta. La crisis ambiental y el cambio climático es sólo una de sus manifestaciones más graves y visibles.

Contaminación Ambiental, un síntoma de la Crisis Multidimensional.

En épocas como esta, de crisis económica, de violencia bélica real y latente, de grandes masas empobrecidas, alta desocupación, creciente criminalidad, etc., surgen figuras que pretenden liderar un cambio hacia una salida “moralizadora” del país. En muchos casos, sus conductas ponen a prueba los sistemas políticos, la institucionalidad democrática y hasta la economía de sus países.

Para asistir a su propósito, el fenómeno de las fake news aparecen desde medios concentrados para lavados de cerebros y direccionar a la “mejor opción”. Así, a modo de ejemplo, los discursos simplistas y ramplones como soluciones a la “Criminalidad”, será una propuesta de baja de la edad de imputabilidad, o aumento de penas, totalmente inconducentes, pero que denotan un retroceso, en términos civilizatorios.

Fake News, un mal de nuestra época.

En el presente, trataremos de desentrañar, los motivos que llevan a gran cantidad de ciudadanos – y estoy hablando en el plano global – a elegir personas (Trump, Macri, Bolsonaro, por ejemplo) con severas limitaciones tales como: elevados niveles de racismo, machismo e irrespeto a la dignidad de las mujeres o de las personas con discapacidad, o que sea tan ignorantes del concepto “derechos humanos”,  como lideres. Y como vemos, la diferencia por países desarrollados o no, sencillamente no existe.

Trump, Macri, Bolsonaro. tres líderes de derecha en américa

Estamos verificando estos días, con un proceso farsesco, apenas remedo de un juicio, como se pretende someter a la vicepresidenta de la nación argentina a una condena, mediática en primera instancia y seguramente formal – aunque ajurídica – a posteriori.

Crisitna Fernández de Kirchner en su defensa pública tras las acusaciones en la causa “Vialidad”.

El lector avezado sabe que la oleada en latinoamérica de procesos de LAWFARE, es producto del Plan Atlanta, que el imperio echó a andar ya desde hace una década, para dominar gobiernos y voluntades en su patrio trasero. Ecuador, Paraguay, Brasil y ahora Argentina, son claros testigos de sus efectos. Ya no hay dictaduras (inadmisibles para la “moral” occidental), por lo que, valiéndose de los medios de prensa –empresas que responden a los mismos intereses de clase- que se encargan de ´poner personajes públicos en el ojo de la tormenta con acusaciones sin pruebas, manipulan así la opinión pública y ganan las elecciones en forma incuestionable. 

También se valen de jueces y fiscales que dictan sentencias totalmente carentes de imparcialidad. El “paradigma Moro”. Otro instrumento empleado es el uso de bots para replicar fakes por millones en las redes sociales, por ejemplo para desacreditar a algún político del campo popular o díscolo respecto a las directivas del poder real. Grandes recursos se vuelcan para esto.

El Juez del “Lava Jato”, Moro, junto a Lorenzeti y Bonadío.

Los gobiernos progresistas en la región han sufrido estas experiencias, que incluso los desalojan de los legítimos puestos o liderazgos (Lugo, Zelaya, Correa, Lula, Rouseff). Estamos viviendo un franco retroceso civilizatorio que entiendo nos enfrenta [a los demócratas] a una disyuntiva, o retomamos la lucha por el cambio, o somos condenados a aceptar tal descomunal regresión. 

LA MOVIDA RETRÓGRADA AVANZA SIN PARAR

Un fenómeno mundial. Armamentismo, discriminación, censura, autoritarismo y represión, fanatismo religioso, el golpismo y la violencia económica, acechan a gran parte de la “aldea global”.  Amenaza que se condensa en un rebrote de exaltación conservadora, que señala la coyuntura de pendiente histórica que estamos atravesando.

Se trata de una combinación de FUNDAMENTALISMOS, ya que impugna el diálogo o la argumentación, esgrimiendo principios irracionales, confrontativos y por tanto,  agresivos y destructivos. Preocupante, como advertimos en el introito, es que esta “nueva” forma de hacer política en occidente del siglo XXI, cuenta con una creciente adhesión de masas populares, y esa ‘decadente’ tendencia parece irrevocable.

POLARIZACION EXTREMA

Hurguemos en la Historia buscando claves para interpretar esta manifestación de pérdida de racionalidad, que parece reaparecer por ciclos en la civilización. Nos asistimos en Javier Tolcachier que como investigador del Centro Mundial de Estudios Humanistas, trata en detalle el vínculo de la razón y la sinrazón de la historia cristiana hasta nuestros días.

Para comenzar apuntemos el hito de la emergencia del HUMANISMO en el Renacimiento, a la que se sumó el nuevo cisma de la Iglesia Católica, con la Reforma protestante impulsada por los teólogos M. Lutero y J. Calvino, a principios del siglo XVI. A partir de allí, se da el triunfo del RACIONALISMO que vino a agrietar la potestad de la Iglesia romana sobre las cuestiones espirituales y terrenales. 

Juan Calvino y Martín Lutero,

Su autoridad, hendida también por la creación separatista del anglicanismo, menguó notoriamente ante la nueva visión del mundo. El imperio católico (romano) concluyó un milenio de hegemonía, y, materialmente, estos eventos determinaron la pérdida de parte de su influencia política y económica.

La subsecuente Contrarreforma católica, desatada con mucha violencia y represión sobre protestantes e infieles  –incluso en forma de guerra religiosa, que concluyó con la “Paz de Westfalia” [1648] – , no previno del todo la fuga de feligresías a las nuevas expresiones religiosas, pero tuvo éxito en la pretensión de expandir la fe única e influir políticamente en las regiones colonizadas.

“Paz de Westfalia” (1648)

El nuevo ciclo en el pensamiento humano, en que la Razón –enriquecida por grandes pensadores como Descartes, Copérnico, y otros– pareció desplazar a Dios para obtener respuestas a las inquietudes de la humanidad, produjo una notable expansión de la técnica y el saber científico. La confianza en este último, hacia el siglo XIX, generó la corriente filosófica del POSITIVISMO, que considera que el único medio de conocimiento es la experiencia comprobada o verificada a través de los sentidos.

Sin embargo, las necesidades espirituales y existenciales [el “sentido de la vida”], no obtienen satisfacción en el ámbito intelectual. Por lo demás, si bien la tecnología avanzada produce bienes útiles para mejorar la calidad material de vida, por el paradigma o sistema económico imperante, no está al alcance de todos los seres humanos. Desazón y frustración en ambas órbitas.

Ante el avance de ideas anarquistas y socialistas con creciente aceptación por las masas trabajadoras, ya en el siglo XX, se forma una corriente política que, fundándose en la nueva doctrina social de la Iglesia, opuso la idea de la Concertación a la de Revolución, emergió como la Democracia Cristiana. Esta idea moldeando conciencias fue eficaz (en el sentido de contener dentro del sistema a las mayorías) por un par de décadas, pero la desigualdad y miseria manifiestas en gran parte del mundo, movilizó a grandes masas (especialmente juveniles) adhiriendo a proclamas revolucionarias, denunciando a la vez, la connivencia entre clases dirigentes y católicos conservadores. 

El Concilio Vaticano II, dio paso a la creación de la Teología de la Liberación, una interpretación liberadora con una vuelta a la opción por los oprimidos. Esta potencial fuente de rebeldía que contrastaba con la tradición conservadora, fue tempranamente notada por el gobierno norteamericano, determinandola como “peligrosa” [Rockefeller dixit]. A partir de eso, y tomándola como antagonista principal, concretaron propuestas para establecer una guerra cultural [Ver Documentos de Santa Fé – Proyecto ideológico político de la CIA].

Concilio Vaticano II

Operativamente –entre otros propósitos– se estableció en EE.UU. una serie de programas para costear la expansión de los credos evangelistas en América Latina. Ciertamente el plan resultó exitoso, al verificar que, según datos de la década de 2010, en nuestra región, los católicos representaban un 69% (después de adherir un 94% en la década de 1950), en tanto que el 19% en Latinoamérica se declaran de fé evangélica. En Centroamérica, territorio de feroces disputas intestinas, los protestantes ascienden a cerca del 40% de la población total. [Pew Research Center “Religión en América Latina, Cambio generalizado en una región históricamente católica” (2014)]

El bienestar prometido por el capitalismo, no solo no llegó a la Región, después de décadas de neoliberalismo (como expresión de aquél), hay más concentración económica y más pobreza y desigualdad, siendo el nivel de HAMBRE intolerable.

Los Estados desmantelados son más débiles hoy que nunca en sus historias, después de haber sin embargo participado como instrumento de endeudamiento, de saqueo y represión.

En este marco, con sectores ‘abandonados’ y ‘excluídos’, las iglesias pentecostales justifican el INDIVIDUALISMO difundiendo su “Teología de la Prosperidad”, estimulando un cuentapropismo de subsistencia [emprendedores de la pobreza].

En países donde han enraizado más estas iglesias, se nota además el poderío económico que detentan que, naturalmente, trasciende el patrimonio dedicado al culto. Realizan inversiones corporativas, particularmente en medios de comunicación, con lo cual adquieren también mayor incidencia en la política. 

Las interacciones sociales, así como los usos y costumbres (tradición), han variado mucho en los últimos decenios como consecuencia del acelerado cambio tecnológico. En gran parte de la sociedad, como sugieren los diagnósticos socio-antropológicos [Ver Arjun Appadurai], implica perder certidumbre, ante lo desconocido y nuevo se genera una ansiedad que se percibe como inseguridad (ante el provenir). Ese escenario es propicio para que estos credos “salvacionistas” aparezcan como postes firmes y seguros, anclados en un pasado (mítico), que resultan tentadores para volver al pretérito conocido –como la niñez–, que ofrece tranquilidad y seguridad.

Otro tanto sucede con la sensación o sentimiento de pertenencia comunitario que propalan, pero que si se convierte en endogámico (innegable objetivo de quien domina para reafirmar su poder), suele rechazar a otras culturas [credos], a quienes teme atávicamente porque no comprende, y su contacto le resulta en inestabilidad. El nacionalismo (patrioterismo en realidad) abreva de esa fuente.

Como hemos sostenido en otros lugares, paradójicamente, en la era de las comunicaciones, los individuos sufren una progresiva INCOMUNICACIÓN. Producto del individualismo esencial del neoliberalismo impregnado, la cohesión social se ha visto resentida. La COMPETITIVIDAD hoy prima ante la COOPERACIÓN, todo es cálculo en la relación capitalista subyacente. Por ello, ante la ruptura social y la fragilidad de nuevas amistades, la SOLEDAD es el síndrome que padecen muchas personas. La acogida evangélica mitiga ese aislamiento y orfandad

Por otra parte, los medios hegemónicos, difunden en forma desproporcionada e inmoral solo noticias desalentadoras (por «mayor interés», se justifican); sobre corrupción, de delitos, de violencia, etc., sin mostrar casi la contracara; las acciones humanas positivas y esperanzadoras. Se propala así el DESÁNIMO. Pero a este nivel, siempre surgirá un discurso atractivo con la panacea para evitar el apocalipsis y lograr la «redención».

LA CULTURA IMPUESTA QUE NO AYUDA

A la oleada emancipatoria [descolonización] de posguerra, que reafirmó la autodeterminación de muchas naciones en diversos continentes, y sus subsecuentes (no)alineamientos para evitar la hegemonía atlántica, le siguió años después, la estrategia de recolonización mundial conocida como “GLOBALIZACIÓN”, desplegada por las potencias occidentales quienes buscaron inculcar cánones civilizatorios, valores y patrones de consumo compatibles con las necesidades de la hegemonía económica y cultural de ese imperialismo. En esa línea, se inscriben los aludidos documentos de Santa Fé I y II. 

Cuando la imposición se hace evidente, y la crisis económica no se supera, las propias burguesías oligárquicas locales conducen a una suerte de NACIONALISMO, que sirve de ‘refugio’ para el pueblo inculpando a todo extranjero de la “mala fortuna” del país, y desviando las culpas del verdadero victimario, el poder imperial. En mentes no adiestradas, cunde la XENOFOBIA como catarsis, y se ahondan las divisiones con inmigrantes, refugiados foráneos o minorías.

Esta autoafirmación nacionalista, otorga un sentido identitario y de comunidad (perdida) que ya se disolvió, y es a la vez, una REBELIÓN contra la confusa mixtura y pluralidad que caracteriza el cambio cultural y político en el mundo, que marcha raudamente a una deriva desconocida

COLOFÓN DE LA PRIMERA PARTE

Como siempre sucede, los tiempos de cambios ofrecen una oportunidad. Cuando las superestructuras rechinan, y muchos pregonan una vuelta al pasado, es la antesala de un momento revolucionario, al menos para el espíritu humano. 

Pero el nuevo mundo nunca se construyó sobre valores roídos. Tal vez, las minorías que siguen muy activas en sus revoluciones ‘sectoriales’ [género, medio ambiente, redes abiertas, etc.], logrando progresos en la modificación de las conductas sociales, y que se agrupan en una modalidad horizontal, de autonomía política, autoconfianza y con mucha creatividad, sean las encargadas de construir con nuevas percepciones de la realidad; nuevos paradigmas, y frenar así el ofuscado “salvajismo” de la extrema derecha.

Para hacerlo, es decir, para apostar a una acción política guiada por un horizonte trascendente , como conclusión de una planificación reflexiva y no tras un mito religioso, (que en todo caso es una propuesta espiritual, de la que no tratamos acá), se requiere de una COMPRENSIÓN total del fenómeno actual del crecimiento de la IRRACIONALIDAD, para darle adecuadas respuestas.

En la PARTE FINAL, compartimos algunas proposiciones para guiar esa aventura.

Agosto de 2022